Desde tiempos antiguos y en casi todas las culturas se ha personificado con ceremonias, máscaras, música y vestuarios a cosas y a personas, ya sean èstas reales o imaginarias, impuestas o creadas; muchas de esta formas tradicionales con el tiempo se han convertido en creencias y otras en culto devocional y algunas por ser folclóricamente destacadas, en patrimonio cultural.
Esta investigación pretende develar el origen de un símbolo o disfraz muy popular del carnaval de Barranquilla llamado LA MARIMONDA; es un descubrimiento que surge sin buscarlo y brota por allá en los años de 80´ en la ciudad de Cartagena Bolívar, cuando con un equipo de estudiantes del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Bogotá estudiaban una variedad de plantas que crecen a las orillas de los ríos y en las márgenes del mar, (Pelliciera) por estas correrías conocimos a don Peñaranda, un zambo alegrón y toma-trago de unos 65 años aproximadamente, oriundo de Malambo atlántico a quien le decían Caliche, con él formamos una sencilla y corta amistad; y en una tarde decembrina por alguna razón, salió a luz el tema del carnaval de Barranquilla y entre burlas y palabras de doble sentido nos compartió una anécdota acerca del disfraz de la marimonda; leyenda que posteriormente me permitió ampliar mi compresión en las investigaciones sobre diversos temas que escudriño.
Nos cuenta don caliche que en al margen del río Magdalena en la región caribeña del atlántico por los años 70 vivía un joven afrocolombiano de textura delgada y aproximadamente de un 1.85 de estatura oriundo de un pequeño pueblo pesquero….
(Algunos términos y dialectos aquí usados se tomaron de boca de don caliche)
“…había un man que era maricón nojoda, tú entiendes, un floripondio que sobre una tabla donde nos hacíamos a tomar fresco y vacilar se ponía a caminar de aquí pa´llá como una vieja” (Don caliche describía los desfiles que hacia un joven homosexual sobre un rustico asiento hecho de un tablón empotrado sobre dos troncos bajo la sombra de una cabaña de cuatro palos y de tejas de lata que había a orillas de una pequeña bahía donde se hacían algunos lugareños a remendar su redes) “María era una mamadera de gallo” (María, así se hacía llamar este joven exhibicionista) “envolvía la mondá dentro de un trapo, nojoda y se amarraba por la cintura un cordón rojo y sin más ná; Ja,ja,ja,ja,ja… y mamando Ron armábamos una recocha bacana. (…relata don caliche) vacilábamos sabrosón allá en el cambuche lejos de las Doñas para no ganarnos culo de problema: …Oye, pero este man tenía cipote de mondà nojoda un mamonúo que parecía un moco de elefante… ja, ja, ja, ja, ja…”
Bueno, lo que causaba más diversión y morbo en el show de “María, el joven exhibicionista”, era el tamaño de su miembro viril al que metía dentro de la manga de una camisa de niño y hacia una especie de tanga amarrada a la cintura con una cinta roja; (supimos que por estas regiones al miembro viril le llamaba mondá) El desfile o la mamadera de gallo como decía don caliche se hacía al ritmo de un viejo tambor, una guacharaca, chifladas, morbosidades y ron; mientras sacaba la lengua y hacia burlas obscenas “María” desfilaba armando el parrandón o la recocha bacana como a carcajadas relataba don caliche. “A la María le decíamos, María Mondá, por la sipote vaina que tenía, tú entiendes ¿no? y doblando el brazo y estirando los dedos don caliche decía: mira ¡tremenda la mariamondà esa nojoda! …Jajajajaja…”
Don caliche era uno de los que se encontraba entre los que armaban la guachafita del exhibicionista quien se hacía llamar “María” y a quien apodaron “Maríamondá ” por su alargado pene; nos cuenta don caliche que “Maríamondà ” terminó haciendo también su shows en un prostíbulo de un caserío llamado la Barrita… “oyen ven acá, pero a la Maríamondá esa como que lo habían quebrado por allá cerca de unos manglares, y de él no se volvió a saber ma nà”...
“…ven acá, mira que unos pelados champetuos que eran amigos de la María, y que eran como maricones se disfrazaban como él y desfilaban por la barriada y armando el alboroto gritaban: “¡¡¡Oye, aquí viene la María con su mondá!!!” Don caliche describía que en algunas festividades posteriores, estos jóvenes con movimientos de baile estilo champeta se desplazaban maneando obscenamente una bolsa de tela que en forma cilíndrica habían elaborado y que descolgaba amarrada desde la cintura hasta un poco más arriba de las rodillas haciendo las veces de un pene; el jolgorio era animado por algunos lugareños con burlas y carcajadas.
Por los años (70´) don caliche se había ido a vivir aun inquilinato del barrio Barlovento por el centro de Barranquilla cerca de la zona industrial donde le salió trabajo, y cada vez que había una festividad; los pelaos (…cuenta don caliche) y unos coletos (drogadictos) que mandaban la parada armaban el parrandón. …Estos muchachos se ponían unas máscaras artesanales hechas con bolsas de tela de harina con dos orificios para los ojos y una media llena de aserrín cosida en la frente y que descolgaba hasta el pecho como una nariz o como un moco de elefante y vailando gritaban: ¡aquí viene la María mondá!!!...
Ya en festividades posteriores, principalmente anteriores a la semana santa por los barrios meQuejo y Lipaya aparecían algunos personajes con el mismo simpático disfraz, pero esta vez traían puesto los pantalones al revés a los que le habían cosido tiras de tela roja y les llamaban “La Maríamondá."
Para muchos de los curramberos de los barrios más distantes y empobrecidos del atlántico ésta máscara era una expresión de burla y ofensa, y disfrazados así se filtraban en los carnavales, danzando y gritando “aquí viene maría la mondà”. Este disfraz causó simpatía y mucha gracia en los lugareños y al nombre lo resumieron como, “MARIMONDÁ ” luego para los carnavales posteriores a ésta expresión le quitaron el asentó y quedó “MARIMONDA” nombre con el que se ha venido conociendo oficialmente este disfraz de facciones fálicas. Posteriormente a este disfraz se le agregaron coloridas tonalidades, así como las orejas, la boca, la camisa, el chalequito, la corbata y los guantes…
…De las marginadas y periféricas zonas del departamento del atlántico al margen occidental del río Magdalena y de la idiosincrasia mestiza, entre mamadera de gallo y recocha bacana se creó sin saberlo uno de los íconos más representativos del carnaval de Barranquilla Colombia, llamado “LA MARIMONDA” ícono tan lujurioso como algunos de los carnavales de Rio de Janeiro y aunque menos fastuoso que los carnavales de Venecia, igualmente iluminado por la misma mentalidad que desde tiempos inmemoriales ha venido entre bailes, gritos, harinas, bebidas embriagantes, drogas, lujuria, enfermedades venéreas, heridos, muertos y jolgorio avivando el espíritu Carnavalesco…
...Pero como el que peca y reza empata…y así como don caliche, centenares de alegres compadres que solo un par de días antes se rendían a la guacherna, el miércoles de ceniza estaban postrados esperando que les colocaran una oscura señal en sus frentes que le recordaba que eran polvo de la tierra y a ella volverían.
Pero bueno:
“El que lo vive es que lo goza”
Según algunos datos históricos, a comienzos de la edad media la iglesia católica romana toma el término (carne-levare) que en el latín significa 'abandonar la carne' como un mandato para que sus feligreses dejaran los actos carnales durante los días de la cuaresma cristiana; este término (carne-levare) es una conjunción de los vocablos “Kreu-ees- Báʿal” una expresión de lenguas indoeuropeas que hacen referencia a los actos o ritos de ofrecer sacrificios de carne a los Baales, lo cual la expresión carne-para-baal que se le da al término carnaval en castellano es la más acertada.
En textos antiguos descubiertos en Ras-Shamra en la costa de Siria muestran que a los Baales sus sacerdotes les ofrecían con bailes y máscaras orgías sexuales y sacrificios de humanos y animales. Baal significa, amo, dueño o señor, y eran antiguas deidades de los pueblos situados en Asia Menor y Mesopotamia (Sumerios. Hititas. Asirios. Babilonios. Caldeos. Fenicios. Filisteos. Israelitas y Sidonios) A menudo estas entidades se representaban con el nombre de localidades o el efecto que producían; por ejemplo “Baal Peor” era la deidad que se enseñoreaba en el monte Peor. “Baal Zebub” que significa "El Señor de las Moscas" debido a que la carne de lo sacrificado se dejaba descomponer para que produjera moscas las cuales llenaban todo el templo.
“Moloch-Baal” el dios del fuego purificante identificado con Cronos y Saturno, y así sucesivamente…
Luis Ignacio Useche (U.C.L.I.)
Investigador y Profesor de Filosofía & Ciencias Religiosas
"Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses… pusiste los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal". (Libro de Jeremías 11, 13)